" Este es un Oficio Solitario"

domingo, 7 de agosto de 2011




Como te explico, Andrés que las cosas se dañan con el tiempo, incluyéndote, tú que te crees un Dios en la tierra, eres brillante; no sé si decirlo en pasado, Eras Brillante. Hacías parte de ese pequeño grupo humano, en que la vida es un carrusel de sueños, que logran sacar esas ideas de la cabeza para plasmarlas en el arte. No sé si me comprendes la idea que quiero darte como regalo de despedida permanente, Sé que esperabas mas de mi, que creías que yo era un tipo de persona más resistente, de aquellas pueden quedarse en un lugar sin sentirlo en la sangre.

No sé cómo te explicarte que ya no estamos jóvenes, por eso te confirmo que el tiempo nos termino de dañar salvajemente, que si éramos talentosos ya no lo somos, es el espacio y la angustia de esta sangre que llevamos en las vida; el sudor de los esclavos, la de los indígenas, aquellos que le arrebataron sus tierras, la de los blancos sin gloria que llegaban a la América marchita. Llevamos la misma que Che  y de los grandes escritores, pero no llevamos esa gloria funesta que ellos cargan.

Discúlpame por no despedirme en persona, la situación de ahora no es la misma de hace veinte años. Ya no somos excepcionales. Ahora pasamos a ser patéticos, la generación de nuestra patria se pudrió en vaho de niebla, en el tiempo que creíamos que todos éramos Inteligentes, en donde pensábamos que podíamos muy dentro de nosotros cambiar la realidad de un país devastado.

Andrés, sé que no compartes mis ideas y aún piensas que se puede lograr algo, que solo sería el grito mediocre de una vida injusta. Las Palabras ya no significan lo mismo. El tiempo pasó y solo quedó el intento frustrado. Debimos habernos rendido antes, con los demás; enlistarnos en un ejército Laboral de fuerza activa de ocho horas diarias, casarnos, y cuando nuestro hijos se revelaran en contra el sistema, contarles la historia de “Yo-También-Fui-Joven…” y hablarles de las pequeñas cosas insuficientes con detalles alterados y nuevas miras, el orgullo ridículo de creer que Fuimos Alguien, en algún pasado. Pero nos resistimos a ese cambio, y nos quedamos luchando por causas perdidas, y ahora Andrés abandono el fuerte para dejarte solo, en esta casa enorme.

Me voy, no puedo quedarme revelándome contra del Aire, -no puedo creer que este rindiéndome, ni yo misma lo creo- las cosas que antes nos hacían bien, como sentarnos a oír música, ya no son lo mismo, ahora todo esto; es un recuerdo hermoso que has dejado plasmado en mi, perdóname, por no quedarme hasta el final del día, pero ya mi cuerpo no puede más que irse con el poco honor y decencia que me queda, se que al irme te dejo solo en medio de lagunas , se que poco te importara mi despida y que sólo por las noches te darás cuenta que me he ido; cuando no abraces, extrañaras mi cuerpo y yo tus brazos.


Alejandra,

1 comentario:

  1. Los amores tormentosos suelen terminar así, cortados por una hoja de papel que dice lo que la viva voz no fue capaz. Y él, sentado en un taburete con las piernas estiradas, los brazos desgonzados y la hoja de papel sobre el piso apenas sostenida por el indice y el pulgar, mira no se sabe dónde, pero bien allá más del infinito, y hasta de pronto con una lagrima asomada en las pestañas de cada ojo próxima acaer.

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