¿Sabe Usted que se siente ser traicionado? y el maldito teléfono no de deje de sonar. Vivir se había convertido en una mentira rosa, con fondo caramelo, de los mismos que venden en las confiterías.





¿No es un poco ambicioso pensar que puede existir en un telón de caramelo?





-Señor Espectador, venga y coma Caramelo- Invita El Actor.





¿Sabe Usted que se siente ser traicionado? Se pregunta de nuevo ante el -espejo-de-la verdad- se queda ahí, estático mirándose a los ojos, como se mira al Enemigo, como se miraría al Diablo. Permanece estático en el baño a las nueve de la noche, como un billete nuevo de cincuenta mil pesos ($ 50.000) mirándose la cara horrible que le tocó de nacimiento.

–Eso es una mentira, pibe, cuando joven tenías buenos rasgos, eras buenmozo-.

Pero… ¿porque estaba en estas circunstancias?, ¿Porque estaba viviendo así? No recordaba nada, era como si todo se lo tragara la puta madre que lo parió, que por cierto, hacía años que no la veía, porque quizás él era igual que todos los de esta generación de “Bastardos”.

Ahí estaba de nuevo, viéndose las canas, los ojos ojerosos, la esclavitud de no tener que comer. Verse a sí mismo era un reflejo inútil de los pensamientos inservibles que se recuerdan con El Señor Respeto, de no tener nada más que hacer durante las horas pesadas de la mañana. Era una mentira rosa con fonos planos de colores pasteles con bordes de limón y el acabado de fresa.

Todo había acabado, que caiga el telón para comer caramelo.

-¿Sabe Usted que se siente ser traicionado?- El teléfono terminó sonar.