Ya no te quiero. Ya no te quiero. Qué fácil es decirlo
como si las palabras estuvieran muertas flotan que anémicas como las flores de supermercado. Ya no te quiero Suena corriente, ordinario para gritarlo a la nada, llorar en el bus, caminar descalza; llegar tarde a casa con una manzana verde mordida y oxidada . Ya no te quiero decirlo delante del espejo con los ojos abiertos
mirándose el alma; si pestañea se sabe
que es mentira. Ya no te quiero
convertirlo en mantra para dormir, darse la mano con el vecino, salir a trotar
gritando por la piel, sudando en los
ojos; correr hasta darse cuenta que se
ha acabado. Ya no te quiero al tomar café, ya
no te quiero al volver en las mañanas heladas, ya no te quiero al preparar la cena, ya no te quiero decírtelo en la cara.
Merari: leer esto me ha hecho sentir como observando un diminuto punto que lo contiene todo: Aleph, llamo Borge.Contiene tantas cosa, recuerdos, miradas, rostros, encuentros y abrazos, y un eterno interrogante... y un eterno interrogante... y un eterno interrogante...
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