No me molesta, te lo juro con diez dedos en la boca, te lo
juro que no me hiere cuando me voy sin un beso de despedida o cuando me callo
la boca con las palomas negras que se me quieren salir de la boca… entonces las
aves de rapiña se apoderan de mis manos y de segundos mi piel se vuele más
oscura y adquiero un olor a azufre.
Eres el cabello color negro azabache, las tres y media de la madrugada en la orilla de la playa.
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